China ha declarado estado de emergencia sanitaria tras un brote repentino del Metapneumovirus Humano (HMPV), un virus respiratorio altamente contagioso que afecta principalmente a infantes, ancianos y personas con sistemas inmunológicos debilitados.
Este nuevo brote surge a inicios del 2025, apenas cinco años después de la pandemia de Covid-19, causada por el virus SARS-CoV-2, generando gran preocupación a nivel internacional y poniendo en alerta a la Organización Mundial de la Salud (OMS)
El HMPV provoca síntomas como fiebre, tos, dificultad para respirar y, en casos graves, puede derivar en neumonía. Las autoridades sanitarias chinas advierten que este virus se está propagando rápidamente, lo que ha llevado a la saturación de hospitales y clínicas en las principales ciudades del país.
La crisis se complica debido a la circulación simultánea de otros agentes patógenos, como la influenza A y el Mycoplasma pneumoniae, aumentando el riesgo de coinfecciones y dificultando los diagnósticos.
Ante este panorama el gobierno chino ha implementado restricciones de movilidad, cuarentenas selectivas y campañas masivas de información para contener la propagación del virus.
Expertos en salud pública instan a la población a mantener medidas preventivas, como el uso de cubrebocas, el lavado frecuente de manos y evitar aglomeraciones.
Mientras tanto, los centros de investigación trabajan para desarrollar tratamientos específicos y vacunas contra el HMPV.
Organismos internacionales, como la OMS, ya están colaborando con China para monitorear el brote y coordinar esfuerzos de respuesta. Aunque la situación sigue en desarrollo, el temor de una nueva pandemia ha encendido las alarmas a nivel mundial.