Oaxaca de Juárez, Oax.- En las últimas décadas han desaparecido en Oaxaca 40 medios impresos. Vivimos un régimen de gobierno que solo simula ser de izquierda, y que roba más que los corruptos de antes. El narcotráfico ha penetrado las altas esferas del poder. La libertad de expresión está cada vez más en mayor peligro.
Estas son algunas observaciones realizadas en la mesa de análisis “Prensa y poder”, desarrollada en el marco del quinto Tianguis Literario Autónomo y Popular instalado en la explanada de la Catedral metropolitana, del 12 al 14 de octubre, con el lema “Por el derecho al espacio público, contra el despojo cultural”.
Un pueblo atrasado es más fácil de dominar. El nivel de escolaridad en Oaxaca está abajo del promedio nacional. El reto es hacer buen periodismo, y que la ciudadanía participe en conjunto con los periodistas para propiciar cambios, son otros planteamientos hechos por los invitados a analizar el tema.
«El gran reto es hacer buen periodismo”
Para Salvador Flores Durán, director del portal informativo Crónica de Oaxaca, la historia de los medios de comunicación y la prensa en Oaxaca es de sumisión, complicidad y servilismo. “La ciudadanía ha carecido a lo largo del tiempo de medios de comunicación que cumplan con la función de informar e investigar la corrupción endémica del poder político”, manifestó.

El periodista expuso la grave situación de la prensa en el estado, con 40 medios impresos que han desaparecido en las últimas décadas; “en la mayoría de casos porque dejaron de ser favorecidos por la publicidad de los gobernantes en turno”.
Flores advirtió que los medios de comunicación en la entidad han dependido en gran medida de la publicidad oficial, y su permanencia ha dependido de su docilidad y amabilidad para plegarse al poder; y los que han tenido su origen gracias al dinero público, han muerto de inanición una vez que dejan de ser útiles al gobernante en turno.
Actualmente, expuso, solo tres periódicos diarios sobreviven en Oaxaca, con sus plantas laborales, salarios y calidad reducidos, “llegando al entorno digital con poca fortuna”.
Persiste la relación de sumisión en los medios, afirmó Flores; solo han cambiado los beneficiarios de la publicidad oficial, y son otros los aplaudidores de los gobernantes.
“Los periódicos fueron también cómplices del poder, siempre a las órdenes de quien paga la publicidad, porque ninguno era capaz ni es capaz de sobrevivir de la venta de ejemplares”, indicó. Lo anterior, consideró, por la orografía oaxaqueña, los costos de producción, y porque era más cómodo y lucrativo depender de la publicidad del gobierno, «un ingreso mensual jugoso y asegurado a costa de callar, de no criticar y de no ver”.
Ante los bajos sueldos y el avance de la internet, Salvador Flores ponderó que “el gran reto ahora es hacer buen periodismo en las redes sociales, al igual que los medios impresos, que sobrevivan o que resurjan a partir de encontrar mecanismos para sobrevivir sin publicidad oficial.
“Ese es el gran reto, porque actualmente vivimos un régimen de gobierno que solo simula ser de izquierda, y que roba más que los corruptos de antes”, dijo.
“Y la libertad de expresión, y la vida de los periodistas, está cada vez más en mayor peligro ante las graves señales de una profunda penetración del narcotráfico en las más altas esferas del poder, y en todos los niveles de gobierno, municipal, estatal y federal.
«Nunca como ahora es un grave peligro ejercer el periodismo, porque vivimos en la antesala del narcoestado”, expuso.
“Buscar la verdad, señalar lo mal realizado”
Para Cuauhtémoc Blas López, director de la Revista En Marcha, las relaciones entre prensa y poder nunca serán buenas si la prensa cumple con su misión: ser crítica y objetiva.

El dos veces Premio Estatal de Periodismo y autor del libro “Oaxaca, ínsula y rezagos” consideró que los ámbitos del poder y de la prensa libre son opuestos. “A la política desde siempre se le ha definido como el arte de la simulación. La prensa verdadera busca la verdad.
“Nadie quiere ser criticado, son vacuos los discursos que hacen los gobernantes de respetar la libertad de expresión, en todo caso les parece bien que esa libertad se ejerza pero sobre los bueyes de su compadre”, ironizó.
“La prensa es por definición contrapoder, no para tomar postura como un partido de oposición, sino porque está para cuestionar, investigar, revelar todo aquello que sea del interés de sus lectores, de los ciudadanos, de la sociedad. Su papel es señalar lo mal realizado, lo que el político o servidor público no está haciendo correctamente, no para destacar lo que el servidor hace bien, porque trabajar bien es lo que los servidores deben hacer siempre, para eso les pagan», dijo.
En este sentido el también sociólogo lamentó que el actual Gobierno estatal haya dejado de lado el programa de lectura que impulsó en su inicio, pues “un pueblo atrasado es más fácil de dominar”, y el nivel de escolaridad en Oaxaca está abajo del promedio nacional, señaló.
Mencionó como ejemplo que la máxima casa de estudios en Oaxaca, la Universidad Autónoma “Benito Juárez”, carece de un programa editorial o una revista universitaria, y tampoco tiene la capacidad o interés de organizar una feria del libro como otras universidades.
Recordó que el Congreso del Estado, hoy sometido al Ejecutivo estatal, dijo, pidió aclarar que en los dos años anteriores el Gobierno haya destinado 75 millones de pesos de recursos públicos a una sola empresa familiar, La Proveedora Escolar, para la organización de la FILO, en detrimento de otras editoriales.
Advirtió que de las empresas editoriales favorecidas por el gobierno “ninguna ha publicado hasta ahora algún libro crítico, iluminador de la realidad social de Oaxaca”.
“Cuando se descubrió que la información era un negocio la verdad dejó de ser importante”, citó al periodista polaco Rizard Kapuscinsky.
“¿Dónde están los críticos?”
Miguel Ángel Maya, director del portal informativo Pájaro Vaquero, reconoció a su vez que, si bien las condiciones de los periodistas son precarias, no solo en Oaxaca, sino en México, es importante que la ciudadanía contribuya respaldando su labor.

El acreedor de una Mención Honorífica del Premio Nacional de Periodismo 2022 por un reportaje realizado con una beca de la Fundación Gabo, advirtió una decadencia de los medios impresos, que antes pedían y pagaban bien por trabajos de calidad, mientras “ahora ya no se puede vivir del periodismo”.
Lamentó que pocos hagan periodismo y muchos se dediquen a cobrar a funcionarios y políticos por difundir conferencias de prensa o información sin cuestionar, investigar ni cumplir la función de un periodista.
“¿Dónde están los críticos? Esos que van a decir que Salomón Jara, por ejemplo, no ha cumplido con lo que prometió en campaña; los que van a criticar a la Secretaria de Turismo, o al Secretario de Gobierno. Todos sabemos sus mañas”, dijo.
“Las críticas que se hacen vienen no del periodismo, sino de las campañas negras, porque se critica con memes, sin respaldo. Sabemos que los datos están ahí. Pero quién los va a ubicar, y después quién los va a desinflar, y cómo se va a interpretar”, cuestionó.
Maya reafirmó que precisamente “la función del periodismo es visibilizar esas cosas que los gobiernos están haciendo mal. ¿Para qué? Para que la ciudadanía, en conjunto con el periodista, cambie algo, porque no solo es trabajo del periodista”.