Tehuantepec, Oax.- Con el propósito de apoyar a víctimas de violencia intrafamiliar y contribuir a su independencia económica hace casi 30 años la maestra Rogelia González Luis fundó, en el municipio istmeño de Juchitán, el Grupo de Mujeres “8 de Marzo” y, en este marco, el Centro de Apoyo y Atención a la Mujer Istmeña (CAAMI) “Rosario Ibarra”.
Actualmente el CAAMI brinda atención legal, médica, psicológica y psicopedagógica gratuita a víctimas de violencia intrafamiliar y a sus hijos e hijas, además de difundir información e impartir talleres y conferencias para promover la equidad de género. A este esfuerzo se sumó la Universidad Alfred Nobel (UAN), mediante la firma de un convenio de colaboración.
“La violencia contra las mujeres ha rebasado al país, y lo que hacemos es coadyuvar con información para que las nuevas generaciones puedan tener herramientas y desarrollar una sociedad más justa, más igualitaria”, manifestó en entrevista la trabajadora social y representante legal del Grupo de Mujeres «8 de Marzo» Natalia Sicarú Torres González.
“Este convenio representa compromiso, desarrollo y formación de nuevas generaciones; trabajo, equidad; estamos muy contentas porque necesitamos que muchas instituciones educativas tengan esta mirada humanista que tiene la Universidad Alfred Nobel, porque sin duda son formadores de conciencias que tienen un impacto en la sociedad. Tenemos que trabajar desde ahí para poder fortalecer a nuestra sociedad, desde el nivel educativo”, dijo.
Por el Grupo de Mujeres «8 de Marzo» firmaron el convenio de colaboración la representante legal Natalia Sicarú Torres González y la coordinadora del CAAMI Indira de Jesús Luis Aquino; por la Universidad Alfred Nobel hicieron lo propio el director del campus Tehuantepec, Luis Cayetano Ceballos León, y Magdiel Cabrera López, integrante del Consejo Universitario.

Atención integral para las mujeres
Indira de Jesús Luis Aquino, psicóloga y coordinadora del CAAMI, informó en entrevista que «el centro de atención externa es el primer filtro. Si la trabajadora social detecta a una mujer en alto riesgo, es decir, donde ya las agresiones han subido de nivel, ha habido lesiones graves, amenazas de muerte, ya hay uso de armas en contra de ella, sus hijos e hijas, entonces se realiza una valoración para que pueda ser ingresada al Refugio Regional para Mujeres Indígenas ‘China Yodo’».
Este refugio confidencial, dijo, tiene una capacidad de albergar a once familias, y actualmente atiende a cuatro con alojamiento, comida y asistencia legal y psicológica durante al menos tres meses, en los que un equipo multidisciplinario les da seguimiento para salvaguardar su integridad física y psicológica.
“Hemos tenido casos exitosos, desde sentencias por violencia sexual o tentantiva de feminicidio. Tuvimos un feminicidio en Juchitán, actualmente el agresor está preso; y así como ese ha habido muchos casos que el área jurídica ha acompañado”, refirió Luis Aquino.
También ofrecen a las víctimas talleres productivos de inserción laboral, “para que puedan iniciar un negocio propio o comenzar un trabajo y tener sus propios recursos. Buscamos las estrategias para que, si no hay un trabajo, podamos emplearlas en algún espacio; si no tienen redes de apoyo y no tienen una casa, buscar los lugares más seguros para ellas, ubicarlas en casas de transición”.
Para ello, dijo, necesitan aliadas y aliados en la sociedad que colaboren en este proceso; sin embargo, manifestó, “con el municipio ha sido muy difícil la relación, porque consideran que el trabajo no es necesario, que los índices de violencia en nuestra región son muy bajos, cuando no es así. Lo que pasa es que a las mujeres se les dificulta un poquito identificar qué violencias están viviendo y perder el temor de ir a denunciar”.
Su financiamiento básicamente es a través de programas federales y, a veces, algún apoyo estatal. “Trabajamos prácticamente con los recursos que tenemos, no solamente se trata de lo económico, sino del recurso humano: las compañeras que salen a dar pláticas, talleres, a concientizar, a sensibilizar, a informar a la población, al estudiantado.
“Colaboramos con algunos municipios que tienen el deseo de generar en sus espacios estrategias para las mujeres, para prevenir, atender y erradicar la violencia; y también hacemos la firma de convenios para poder ser un puente entre la comunidad y los municipios para informar y poder acercarse”, indicó.
