Oaxaca de Juárez, Oax.- La joven Jacqueline Aileth Meza Cázarez, de 23 años de edad, desaparecida el pasado miércoles 26 de febrero en Zipolite, Pochutla, fue encontrada sin vida el domingo 2 de marzo en la cajuela de un auto abandonado a un costado de la supercarretera Cuacnopalan-Oaxaca.
Con el de ella estaban los cuerpos desmembrados de otros ocho jóvenes presuntamente originarios de Tlaxcala y también reportados como desaparecidos. Se presume fueron torturados y algunos tenían el tiro de gracia.
La señora Andrea Cázares, madre de la joven desaparecida, identificó a Jacqueline entre los jóvenes encontrados muertos en el auto marca Volkswagen, tipo Vento, color gris, abandonado a la altura del kilómetro 83, en los límites de Oaxaca y Puebla.
«Mi niña hermosa, me vas a hacer una falta inmensa, y a tus hijos hermosos. No merecías morir así mi pequeña bebé. Te amo, hija de mi vida, descansa en paz», escribió doña Andrea en su red social al dar a conocer la noticia del fallecimiento de su hija, luego de haber utilizado el mismo medio solicitando ayuda para localizarla.
De acuerdo a la investigación, Jacquleine viajó a Oaxaca en compañía de su novio, y fueron secuestrados en Zipolite, afuera de un restaurante. Su familia la identificó por un piercing en la nariz. Dejó en la orfandad a dos menores de 5 y 3 años de edad.
Entre las víctimas halladas en el auto abandonado también fueron identificadas Lesly Noya N. y Angie Lizeth N. La investigación continúa.