Ciudad de México.- El cambio climático afecta a la biodiversidad en el mundo; existe evidencia de disturbios en procesos biológicos y ecológicos en diferentes escalas de organización, desde el nivel genético hasta el de ecosistemas, revela el reporte «Estado y perspectivas del cambio climático en México: un punto de partida».
El documento, coordinado por el Programa de Investigación en Cambio Climático y el Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático (ICAyCC) de la Universidad Nacional Autónoma de Méxcico (UNAM), establece que se exacerbará el efecto de otros factores antrópicos que están amenazando a las especies y ecosistemas.
“México es reconocido por su alta diversidad de especies y endemismos, al ubicarse en una zona de transición biogeográfica entre la región Neártica y la Neotropical. Esta heterogeneidad lo hace particularmente vulnerable al cambio climático y resulta prioritario entender cómo este fenómeno afecta a la biodiversidad y cómo la combinación de rasgos ecológicos e historia evolutiva podría ayudar a entender la forma en que las especies responden a los cambios en los regímenes climáticos”, explicó el investigador del ICAyCC de la UNAM, Julián Velasco Vinasco.
El experto reconoció que la información que se tiene hasta la fecha sobre los impactos del cambio climático es pobre y dispersa, especialmente para esta región del mundo. De ahí el interés de incrementar los estudios científicos sobre este tema en México.
Velasco Vinasco destacó cinco amenazas que dañan a la biodiversidad en el país: deforestación, pérdida de hábitat, cambio de uso de suelo, contaminación y especies invasoras.
Disminución de corales, uno de los impactos
Está documentado que a partir de la década de 1970 se han registrado reducciones drásticas en el área de cobertura de corales duros en el Caribe mexicano, tanto por las consecuencias del calentamiento global como por eventos de variabilidad natural del clima.
En los sistemas costeros y marinos del Caribe mexicano la cantidad de corales duros ha disminuido drásticamente, de 50 por ciento del suelo arrecifal cubierto por estos, a diez por ciento en el presente.
A pesar de su importancia para estrategias de adaptación basadas en ecosistemas y para mitigar impactos por eventos extremos, se conoce poco sobre las consecuencias de la variabilidad global del clima contemporáneo en manglares, dunas y pastos marinos.
Estos ecosistemas son esenciales para la regulación y protección frente a las repercusiones de sucesos extremos como ciclones tropicales. La investigación al respecto es prioritaria, así como emprender acciones de restauración y conservación, resaltó Velasco Vinasco.
El estudio también refiere que existe evidencia de extinciones locales de al menos 12 por ciento de las poblaciones de 48 especies de lagartijas del género Sceloporus por incrementos de temperaturas máximas y mínimas, además de declives en poblaciones de especies forestales como encinos y coníferas.
En aves hay evidencia de cambios en la composición de especies, en algunas regiones del país a lo largo del siglo XX. En particular, las zonas desérticas (Chihuahua, Sonora, norte de Baja California) y la cuenca del río Usumacinta se reportan como las áreas con mayores tasas de extinción local y recambio.
Se han documentado migraciones altitudinales en distintos tipos de vegetación. “Recientemente se han utilizado sensores remotos para evaluar si límites altitudinales de la línea de árboles en regiones montañosas de México han cambiado entre 1985 y 2018. Se documentaron migraciones altitudinales de, al menos, 500 metros en bosques y pastizales en 15 volcanes del centro de México en un periodo de tres décadas”, relató el experto.
En proyecciones futuras, el estudio indica que algunas regiones podrían ser más susceptibles para ganancias y pérdidas de áreas de distribución en especies endémicas.
Se prevén extinciones locales y reducciones de hasta el 50 por ciento del tamaño actual de las áreas de distribución en varios grupos taxonómicos, principalmente de vertebrados terrestres.
En casos como aves y anfibios, las especies amenazadas y ecológicamente restringidas sufrirán un impacto negativo más marcado bajo escenarios futuros del cambio climático.
Las mayores pérdidas de especies para anfibios se proyectan para las regiones del sur del Golfo de México y la península de Yucatán. De forma similar algunos estudios estiman reducciones drásticas de más de 60 por ciento del hábitat para especies de pinos en nuestro país.
Debido a las secuelas, se requiere ampliar estudios científicos de grupos de animales, plantas y ecosistemas particulares para realizar más escenarios a futuro, lo que implica mayor participación de profesionales e inversión en el sector, concluyó Velasco Vinasco.