Janet González
Oaxaca de Juárez, Oax.- Con el propósito de generar conciencia sobre la importancia de hacer periodismo con perspectiva de género, Karen Rojas Kauffman, Scarlett Arias y Citlalli López Velásquez compartieron este viernes su experiencia, en el marco del Diplomado Latinoamericano en Periodismo Multimedia, que se imparte en la Universidad Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca (UABJO).
Mediante la charla titulada “Lo personal es político. Cobertura periodística en temas de género”, realizada en el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO), las comunicadoras expusieron la difícil situación laboral que enfrentan, y las alianzas que han formado de manera orgánica y emergente ante la violencia que padecen.
La oaxaqueña Rojas Kauffman, cofundadora y directora del periódico digital ElMuro Mx y colaboradora de la Red de Periodistas de A Pie, indicó que, aunque “este tema causa mucho escozor”, es necesario visibilizar para sensibilizar a la audiencia.

“Cuando hablamos de feminismo siempre hay cierta incomodidad entre la gente que desconoce el movimiento, porque también ha sido muy satanizado. Pero se ignora cómo opera el enfoque de género dentro del periodismo; es un gran problema”, advirtió.
Hablar de dos ejes importantes, la participación de las mujeres en los medios y el tratamiento que estos le dan a la información o a las problemáticas de las mujeres en general, puede dar un panorama general sobre el asunto, dijo.
“El porcentaje de mujeres que participan en puestos de decisiones es muy bajo todavía”, indicó. “La igualdad de género respecto al trabajo es distinta al de los hombres: por el mismo trabajo bajos salarios; las prestaciones son escasas o nulas; también trabajar en los medios de comunicación nos expone a riesgos específicos como el acoso sexual y otras problemáticas a las que los hombres no se enfrentan”, expuso.
Por ello lamentó el desinterés de los corporativos de medios por educar y capacitar a su personal sobre el enfoque de género. “Trabajamos bajo estigmatizaciones y violencia porque las mujeres que trabajamos en medios de comunicación no nos ajustamos al estereotipo de lo que es ‘normalmente’ una mujer: opinamos, hablamos, somos visibles, públicas, con una mirada política, con conciencia crítica e histórica que nos hace analizar las cosas de manera crítica. De entrada esto nos pone en desventaja, y nos vulnera”, planteó Rojas Kauffman.
Guerrero, zona caliente
para el periodismo
Scarlett Arias, originaria de Guerrero e integrante de la Comisión de Alerta de la Red Nacional de Periodistas y de la Comisión de Denuncias de la Red Internacional de Periodistas con Visión de Género, contextualizó cómo el feminismo ayuda a la labor periodística pese al clima de violencia –tanto institucional como de la delincuencia organizada– que prevalece en su estado.

Desde que Evelyn Salgado asumió la gubernatura de Guerrero el trabajo periodístico “ha sido complicado”, refirió. “Aunque es mujer y puedes esperar que teniendo estos espacios de poder tenga mejor diálogo con las trabajadoras de los medios de comunicación, es lo contrario: las agresiones más representativas han sido de trabajadores de Evelyn Salgado contra las compañeras que hacen diarismo en Guerrero, fotógrafas, y que están cubriendo a la gobernadora”, compartió Arias.
Sin embargo reflexionó que “el feminismo nos ha hecho cuestionarnos desde dónde estamos haciendo periodismo, qué escribimos, cuáles son las voces que vamos a retomar. El feminismo nos pone a nosotras en esta reivindicación de nuestra labor.
“Realmente somos nosotras las que nos estamos cuidando y no los medios de comunicación para los que trabajamos”, indicó. “Guerrero es un estado donde la violencia es grave. Tiene una de las zonas más difíciles, que es la zona norte; hay una cantidad grave de periodistas desplazados, que es la región de tierra caliente, que colinda con Michoacán.
“Son zonas silenciadas, donde la violencia ha dejado en el abandono a las periodistas, que han tenido que salir y ser beneficiarias del Mecanismo (de Protección a Periodistas)”, manifestó Arias.
“Ante estos contextos de violencia tan graves las redes de mujeres periodistas están salvando vidas”, resaltó la comunicadora, quien sin embargo lamentó que “en Guerrero siguen desapareciendo y asesinando mujeres”.
“Las periodistas seguimos siendo vulneradas por el Estado, estamos en el abandono en Guerrero. Pese a estos espacios de poder en donde está la Gobernadora, no hay un diálogo directo que cambie la relación con las periodistas, sobre todo en la reparación del daño que se ha hecho a las compañeras”, precisó.
Periodismo y feminismo,
doble riesgo laboral
Citlalli López Velásquez, originaria de la Ciudad de México, reportera de Noticias Voz e Imagen de Oaxaca y Fórmula Oaxaca, y cofundadora de la Red de Mujeres Periodistas de Oaxaca, advirtió a su vez que incluso el periodismo feminista corre riesgo.

“Las redes que se han conformado vienen a ser de gran apoyo para las mujeres, para poder ejercer el periodismo un poco más seguras, sin tanta dificultad, porque en esta labor siempre existe el riesgo de poder denunciar algo”, dijo.
“Estas coordinaciones que se han logrado hacer entre las mujeres de distintas partes del país han sido precisamente las que están protegiendo y poniendo en el ojo público las agresiones que se han venido cometiendo contra las mujeres en el ejercicio de su labor.
“Muchos pensarían que el periodismo feminista no tiene ningún riesgo. ¿Qué riesgo va a tener hablar de asuntos o problemáticas de las mujeres? Pero no es así. Todo esto que está dentro, que está en lo individual, también tiene repercusiones hacia afuera”, advirtió la también corresponsal de Cimac Noticias y La Silla Rota.
“Las redes de colaboración salen de manera orgánica, porque hay una necesidad de cobijarnos, de darnos apoyo. Y casi sin ponernos de acuerdo en realidad ha surgido la necesidad, ante la violencia, de emprender estas iniciativas”, añadió Rojas Kauffman.
Por ello destacó que fue conformada la Red de Periodistas en Guardia, y se creó un memorial de periodistas asesinados desde el año 2000 a la fecha –que son cerca de 150–; “queríamos humanizar esos datos duros, ponerles nombres, y decir lo que estaba sucediendo a nivel laboral en el gremio”, explicó.
“Cómo están trabajando los compañeros en el interior de los estados, cuánto les pagan, porque les sorprendería saber que en los estados los reporteros están ganando 50 pesos por nota, por ejemplo; 38 pesos los que menos suerte tienen; sin seguridad social, sin prestaciones de ley, haciendo cinco notas para entregar en un día, que me parece terrible, porque no hay profundidad, porque no hay compromiso, porque eso deriva en otras problemáticas que tienen que ver con la manera en la que estamos haciendo periodismo.
“Además de cómo estamos siendo violentadas las que estamos trabajando en las regiones, porque, por ejemplo, Scarlett, que está en Guerrero, se chuta toda esta militarización; nosotras aquí en el Istmo”. En este sentido mencionó el caso emblemático de Lydia Cacho –exiliada en España por seguridad, tras denunciar una red de trata de mujeres y niñas en México, integrada por políticos, uno de ellos el exgobernador de Puebla, Mario Marín, actualmente preso por ordenar la detención irregular y tortura de la periodista–.
Sensibilizar para cambiar
la narrativa es la propuesta
Sobre el tratamiento que los medios le dan a la información sobre mujeres, Karen Rojas reprobó la forma como se manejó el caso del feminicidio de Ingrid Escamilla, de 25 años de edad, asesinada el 9 de febrero de 2020 por su pareja, Erick Francisco “N”, y cuyo cuerpo fue exhibido mediante las fotografías tomadas por los mismos policías que detuvieron al homicida aún con el cuchillo con el que la desolló en mano. “No hay leyes que regulen los contenidos de este tipo en los medios”, lamentó.
“Cada vez que leo un titular o fotografía de este tipo el mensaje es claro: somos una empresa, la información es una mercancía, y el cuerpo de las mujeres es un producto vendible, esté viva o muerta”, advirtió la periodista Karen Rojas.
“Las organizaciones delincuenciales, las empresas privadas y el poder político están decidiendo qué vidas valen la pena vivir y cuáles no. Y desde hace muchos años se sabe que en el país la vida de las mujeres vale poco”, criticó.
“Todos sabemos que en estas filtraciones que se dan de autoridades a medios media dinero. El policía que va, el ministerial que va, el juez que está en el caso tienen la obligación de mantener la privacidad y los datos personales, y todo lo necesario para que los procedimientos penales se lleven conforme a derecho. Y esto no sucede”, dijo.
“Las mujeres miramos distinto. Puede parecer un cliché, pero mientras un hombre en una huelga de transportistas va a preguntar por qué está la huelga, cuánto tiempo van a estar en huelga; las mujeres van a buscar a las esposas de los trabajadores, qué pasaría si él no recibe su salario, cuántos hijos hay en casa, hasta cuándo o de qué manera impactaría en la vida familiar.
“¿Por qué entonces importaría que en los puestos de decisiones haya mujeres, que haya mujeres editando la información, que haya jefas de información en los medios? Porque entonces, a partir de esta mirada, se podría hacer un periodismo distinto, más humano, más enfocado en humanizar la información.
“El enfoque de género en los medios no nada más implica la participación de las mujeres, sino la manera en que se da cobertura a ciertos temas”, precisó Rojas Kauffman.
Ante esta situación nacional las periodistas propusieron, en voz de Scarlett Arias, “sensibilizar a los trabajadores de los medios para que haya un cambio de narrativa, sin ocultar lo que está ocurriendo, sino reivindicar (la labor periodística)”.